Quiero presentarte a una mujer muy especial, ella se llama Aline Ramírez. Yo tuve el honor de conocerla el año pasado durante la 1a Semana de Reto Académico en Guadalajara. En ese entonces, su familia y ella vivían en Monterrey, y ¡desde allá decidieron irse manejando hasta Guadalajara!!! Su esposo Armando Duarte fue una de las personas que me ofreció ayuda para la organización de este evento, lo cual fue un regalo de la Providencia de Dios.
Te puedo decir que son una familia muy, muy especial y con un testimonio que a mí me edifica mucho. Cuando he platicado sobre ellos y sobre el por qué decidieron educar a sus hijos en casa, veo que no soy la única que se queda maravillada de su decisión. Aline y Armando son una pareja con un gran amor por Dios y un gran celo por dar a conocer el plan que Dios tiene para la familia, lo cual se refleja en todo lo que hacen, ¡es parte de su vida! ¡Hace poco tuvieron a su sexto hijo!
Este es su testimonio:
Sabíamos del Homeschooling desde varios años atrás, pero nunca vimos la necesidad de hacerlo. Teníamos lo que necesitábamos y más: un colegio de alto nivel académico, bilingüe y además católico! Sin contar que no nos costaba ni un peso, por que todos mis hijos estaban becados al 100% por el trabajo de mi esposo.
¿Qué mas podíamos pedir?
Sin embargo DIOS tocó a nuestra puerta y nos invitó a esta aventura de hacer Escuela en Casa, estas fueron nuestras principales razones:
1. Dios como Centro de nuestra vida Familiar
El ritmo de vida que llevábamos era cada vez más intenso por las exigencias del colegio y el trabajo. Y Dios nos pedía llevar una vida con más serenidad y que Él pudiera ser el centro de nuestra vida familiar. Cosa que no era así, lo único a lo que estábamos comprometidos era a ir a Misa dominical. Ahora dedicamos más tiempo a la oración en familia y esperemos pronto involucrarnos en actividades apostólicas.
2. La Educación como responsabilidad de nosotros los padres
A pesar de que sabemos que la responsabilidad de la educación de nuestros hijos nos corresponde a nosotros como padres, la delegábamos casi completamente al colegio! Incluso la formación religiosa. Ahora ya tomamos las riendas de esto y estamos felices por fin educando a profundidad hábitos y virtudes además de conocimientos académicos. Antes nos sentíamos distantes de esta hermosa labor y lo veíamos con cierto miedo: “yo educar a mis hijos?” ahora sabemos que es lo mejor y la gracia de Dios actúa en todo momento.
3. La convivencia en familia
El mismo ritmo y exigencias de la vida del colegio, pocas veces permitía que los niños convivieran como hermanos, que organizaran mas actividades juntos como jugar, hacer experimentos o incluso alguna travesura. Generalmente peleaban mucho y convivían poco. Reconocemos que la TV y los aparatos electrónicos nos robaban mucho de ese poco tiempo libre que la escuela nos dejaba. Se comparaban mucho entre ellos y competían para ver quien era el mejor.
Ahora ellos, conviven más hermanos, amigos y cómplices de sus juegos. Discuten y pelean mucho menos que antes y se llevan de maravilla. Nosotros como padres estamos muy satisfechos de verlos contarse cuentos entre ellos, ayudarse e inventar juegos en donde se integran todos a pesar de las diferencias de edades.
4. La educación es personalizada
La escuela los somete a un ritmo y sistema que no a todos los niños les iba bien. Especialmente a nuestro primogénito y al tercero de nuestros hijos. Ellos simplemente tenían otras intereses talentos y sobre todo otro ritmo de aprendizaje. Ahora podemos adecuarnos a las cualidades y capacidades, así como al ritmo de aprendizaje de cada uno, sin presionarlos y motivándolos de muchas otras formas que les son más interesantes.
5. Formarlos para la vida
Muchos creen que el homeschool es como una burbuja en donde tenemos aislados a los niños. Creen que los niños deben sufrir y aprender a defenderse en la escuela. Sin embargo creemos que la verdadera burbuja es la escuela. Todo es artificial, los grupos tan “homogéneos”: Todos los niños de la misma edad, y con condiciones educativas y económicas similares. Todos aprendiendo de la misma manera, si permitir otras formas. Las escuelas que dan poco espacio para que los niños se conozcan a sí mismos y conozcan sus talentos, no dan la oportunidad de que los niños vayan desarrollando sus gustos e intereses. Cuando hacemos homeschool, nos damos cuenta de que aprenden cosas para la vida real, desde tener una responsabilidad real como cocinar, lavar o asear la casa. Acompañar a papá a sus negocios, tener la oportunidad y el tiempo de tomar iniciativas y desarrollar pequeñas empresas, acudir a las clases o academias que mas les gustan, involucrarse en algún apostolado, les va formando un sentido mas real de la vida y el mundo que les tocará vivir.
Para tomar esta decisión tuvimos que renunciar a los beneficios de las becas al 100%, algunos amigos estaban muy sorprendidos, sobre todo por el beneficio económico que dejábamos a un lado y por querer “complicarnos la vida” al tener a los niños en casa todos los días, todo el día.
Aunque debo reconocer que no nos costó mucho trabajo, ya que realmente el homeschool fue nuestra mejor opción, la que responde a nuestras necesidades e inquietudes como familia. Estamos felices. Y no nos arrepentimos. Sobre todo porque a ellos los vemos felices.
Aline